Bajo el Palacio de los Botines en León se ubica una plazuela en la que acampan estos días aquellos a los que se ha dado en nombrar como indignados. En esa plaza lee constantemente, como homenaje de los leoneses al artífice del insólito edificio, Gaudí sentado en un banco. A veces, como en el momento de la fotografía, alguien se para a acompañarlo en su lectura interminable.
Y en este caso, pese a las evidentes diferencias arquitectónicas entre el palacio y las tiendas de campaña que ahora le rodean, parece que ambos creadores conviven perfectamente.
Y en este caso, pese a las evidentes diferencias arquitectónicas entre el palacio y las tiendas de campaña que ahora le rodean, parece que ambos creadores conviven perfectamente.
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