Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 15 de abril de 2012

El Elefante

Es de suponer que los sacrificios de los demás en tiempo de crisis le quitan el sueño de tal manera que por esa razón, sonámbulo como estaba, se dio el trompazo.
O se tropezó con algo muy real.
O con un colmillo retorcido.
O no encontró la senda... (la de los elefantes, se entiende).
Esa que pasa por Roma.
Como el "agüelico". 

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