Hace ya unos cuantos años, en un viaje a Jordania, el autor de la foto que acompaña vio por primera vez un ejemplar de guión de codornices. Para mí, que por entonces un guión de codornices no era nada, los aspavientos, los saltos de alegría y las felicitaciones a propios y extraños de mi amigo "pajaritólogo", aparte de sorprendentes, fueron el inicio (aunque no lo comprendí hasta bastante más tarde) de un creciente interés hacia la placentera observación de aves.
Prometo que, a pesar de todo, me resistí. Durante mucho tiempo seguí contemplando tal actividad con distancia y una cierta ironía. Algo propio de gente rara, tal como me parecía, a pesar del cariño, mi amigo Javi, al que, no obstante, dado que yo colaboraba entonces en una publicación ya desaparecida, propuse iniciar una columna periódica dedicada a los pájaros, que acabó titulándose así, en homenaje a aquel inesperado avistamiento jordano: Guión de Codornices.
A Javi, luego, le perdí de vista durante varios años hasta que la casualidad nos juntó de nuevo, y esa casualidad materializó un nuevo viaje, esta vez a Siria (destino largamente pospuesto). En Siria hubo, tras la correspondiente negociación de intereses, de nuevo pájaros y turismo; pero luego, después de nueva negociación, llegó Armenia y la azarosa búsqueda del gorrión pálido, y mientras tanto el virus pajarero iba introduciéndose silenciosamente.
Ahora Javi Portillo ha visto de nuevo, en un viaje a Finlandia, al guión de codornices. Legendario animal. Y aunque yo no estaba en esta ocasión, ardo en deseos de agarrar mis prismáticos para la próxima vez.
Pajarinianos!!!
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