Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 16 de mayo de 2023

Arborecer




En el verano de 2022 se produjeron dos incendios en la zamorana Sierra de la Culebra de considerable magnitud.
Hace unos días he visitado la comarca con la esperanza de avistar lobos. Lobos que no vimos. Pero lo que sí he podido ver han sido los efectos de los incendios forestales a los que me refería.
Las dos primeras fotografías corresponden a pinares completamente arrasados entre las localidades de Villardeciervos y Boya. Hay que decir que las plantaciones de pinos son completamente artificiales y con el único objetivo del beneficio rápido de la industria maderera. Además es una especie pirófita, es decir que propaga el fuego.

La tercera imagen es de un robledal que se encontraba en las cercanías de los pinares anteriores. El roble es un árbol autóctono y se considera ignífugo, por tanto capaz de contener o de apagar un fuego.
La cuarta fotografía es de un terreno adyacente al bosque de robles en el que quedan unos cuantos árboles calcinados porque el resto de la quema ha sido ya arrancada por excavadoras, dejando un paisaje que ni Dante sería capaz de describir.

De todo lo anterior se pueden extraer algunas conclusiones que básicamente se concretan en dos: Por un lado que la naturaleza es sabia y por otro que el ser humano, cuando se transforma en un depredador de la tierra, no. 

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