Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 27 de mayo de 2023

La primera montaña

Anoche, a punto de rozar una bendita jornada de reflexión, nos fuimos a ver Las ocho montañas y no voy a entrar en la eterna controversia entre la literatura y sus adaptaciones al cine. Es baldío y además disfruté tanto de las imágenes y de mis propios recuerdos que no tengo ninguna intención de contaminarlos.
Primer recuerdo: En la época en la que transcurre la primera parte de la historia yo también empezaba a fascinarme por las montañas y sentí la camaradería que nos impulsaba.
Segundo recuerdo: El protagonista lleva unas zapatillas de deporte blancas con dos bandas azules y una roja en medio (spais las llamábamos) que yo siempre quise tener y nunca tuve.
Tercer recuerdo: La mayoría fumábamos como carreteros y daba igual porque éramos jóvenes y ascendíamos como rebecos.
Cuarto recuerdo: Algunas veces me ha ocurrido que cuando leo un libro que luego plasman en el cine, las imágenes (y bienvenida la redundancia) son iguales a las que yo había imaginado.
Quinto recuerdo y primera montaña: Al acabar la película, Sol me propone volver al último refugio donde nos tomamos una cerveza con nuestro amigo perdido.
Ella también cumple años hoy por los tres.

 

2 comentarios:

  1. El texto me induce a una reflexión: ¿alcancé, alcanzamos, alguna vez una cima? Una canción infantil cantaba: volvió a subir a aquel monte, volvió a subir a aquel monte, volvió a subir a aquel monte, ¿y qué creéis que vio? Al otro lado otro monte, al otro lado otro monte, al otro lado otro monte mayor que el anterior. Gracias.

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  2. Gracias a ti. La canción de la que hablas da forma a la imagen que normalmente vemos cuando llegamos a una cumbre: montes y montes y montes conformando un horizonte al que nunca llegas.

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