Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 19 de mayo de 2023

Huellas









He de reconocer que lo que siempre hubiera querido es tener buena mano para la pintura y el dibujo, pero también es justo señalar que, aunque en algunas etapas de mi vida he ocupado tiempo en ello, me ha faltado constancia y dedicación y, por qué no decirlo, talento. No obstante, a pesar de ello, siempre me ha divertido, me ha tranquilizado y he disfrutado mucho con el lápiz, el óleo y la acuarela. En algún momento volveré a ello.
Ayer hice un viaje relámpago a Bilbao, junto con mi sobrina Neka, para ver esta pequeña gran exposición de Óscar Kazabal, con temática y preocupación social y feminista, según plasma el autor en una declaración de intenciones.
La verdad es que me gustó acudir a esta muestra por muchas razones, algunas de ellas muy personales que ni se le alcanzan al artista, pero tampoco es necesario. Lo importante es que Óscar persevere. Que cada vez sea mejor pintor, que profundice en la función del arte, no solo como entretenimiento sino también como testimonio social y denuncia de los males de su tiempo y que, sobre todo, disfrute y haga de ello, más que su profesión, su modo de vivir.
Ah. Y Óscar Kazabal es el seudónimo que ha elegido para estos lances Óscar Calvo Olazábal, que también es el hijo más joven de mi padre. Otra huella que tenemos en común.

 

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