Fotografía de Baptiste Pons (tomada de la web de Cadena Ser)
Cada vez que en estos días escucho, leo y veo en los medios de comunicación cada cosa relacionada con el caso Vinicius y el racismo en el fútbol, algo de lo que parece ser que ningún estamento deportivo o periodístico o gubernamental se había dado cuenta hasta ahora en el que peligra la buena y delicada imagen del país; cada vez, como digo, recuerdo las cuerdas que sujetan los manteros, como el hilo pobre y providencial que les une a una vida parecida a lo que podría entenderse como dignidad, en esta tierra que una vez supusieron erróneamente paraíso.
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