Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

domingo, 24 de septiembre de 2023

Stepanakert

Stepanakert. Republica de Artsakh. Nagorno Karabaj. 2014.   


Leo con estupor las noticias que llegan de Nagorno-Karabaj, el hasta ahora enclave armenio en territorio de Azerbayán, siempre en disputa entre ambos países, siempre en guerra latente que reventaba de cuando en cuando hasta el estallido final.
Un despiste nos llevó en 2014, atravesando en un coche alquilado una pista de montaña en busca de pájaros, a una posición avanzada del ejército armenio con toda la artillería apuntando a territorio azerbaijano. Por suerte, y supongo que gracias a nuestro gesto inocente, los militares se tomaron bien nuestra irrupción y nos orientaron con amabilidad para volver a zonas menos peligrosas.
Un descanso en carretera, con la intención de miccionar antes de tomar la única vía de entrada a Nagorno-Karabaj por territorio azerí nos colocó frente a un cartel que, pese al idioma desconocido, no era difícil de desentrañar: "Peligro de muerte. Minas." Dejamos entonces lo del pis para otro rato.
En un pasaporte antiguo conservo el sello de entrada a la disputada República de Artsakh, en el Alto Karabaj, de mayoría armenia y hoy ocupada por tropas de Azerbayán con la anuencia de Rusia, el gendarme de la zona, como una nueva demostración de que no quiere veleidades occidentales (ni siquiera accidentales) de los antiguos estados soviéticos. Le ha pasado a Ucrania y le está pasando también a Armenia.
En 2014 tuvimos ocasión de entrar allí. Comprobamos los destrozos en muchos de los edificios de Shusha, la antigua capital, como consecuencia de refriegas anteriores y accedimos a Stepanakert, la nueva capital. Pasamos día y medio recorriendo el montañoso enclave y conociendo un lugar que, en realidad, solo era independiente para sus ilusionados y amables habitantes. Hoy esa misma gente ha sido víctima de un bloqueo que les ha llevado, según dicen los medios de comunicación, a la inanición y les va a llevar probablemente al exilio en un estúpido juego en el que las fronteras son rayas que se marcan y se borran a capricho de los dueños de las patrias.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario