Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 26 de enero de 2024

Las tempestálidas


No es esta fascinación por el pasado, al fin y al cabo, un intento de alcanzar ese lugar intacto, por remoto que esté, en el que las cosas permanecen enteras, en el que huele a césped, en el que observas a bocajarro la rosa y su laberinto. Digo lugar, pero es más bien un tiempo, un lugar en el tiempo. Un consejo de mi parte: nunca, jamás, tras una larga ausencia, visites el lugar que dejaste de niño. Ha sido reemplazado, vaciado de tiempo, abandonado, convertido en fantasmagoría.     
     No
                queda
                                nada
                                                allí. 


Gueorgui Gospodínov.
Las tempestálidas.
Fulgencio Pimentel Ed.
Traducción: María Vútova y César Sánchez.

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