Recibo un mensaje de correo electrónico de alguien que se supone de ideología afín y que me alienta, de un modo un tanto lacrimógeno, a que vote a los nuestros en las elecciones regionales de pasado mañana.
Lo cual me recuerda, de nuevo, lo beneficioso y necesario que es asear de vez en cuando la casa propia, antes de fijarse en la de los demás.
Quiero entender que es cosa de aficionadillos, pero a algunos deberían sugerirles que en abstenerse de animar se encuentra la virtud.
Lo cual me recuerda, de nuevo, lo beneficioso y necesario que es asear de vez en cuando la casa propia, antes de fijarse en la de los demás.
Quiero entender que es cosa de aficionadillos, pero a algunos deberían sugerirles que en abstenerse de animar se encuentra la virtud.
He estado a punto de cambiar el voto, por culpa de los mensajes que he recibido en el movil, de los que se supone que son "los mios"...
ResponderEliminarPor cierto, ya he votado.
Hola compañero. Todavía no he votado. He estado a punto, a punto, de plantearme no ir, pero al final creo que votaré también a los que se supone que son "los míos". Ya sabes, "de derrota en derrota..."
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