Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 7 de abril de 2020

Esto no es un diario XXIV


El domingo por la noche, en el vigésimo segundo día desde la proclamación de la emergencia sanitaria en la que sobrevivimos, me recordaba Pedro, el hombre que yo haya conocido que más y mejor sonríe con los ojos, otra emergencia sanitaria que le afectó hace unos años  exclusivamente, aunque de rebote le tocara por supuesto a su familia, a sus amigos y en definitiva a todos los que le queremos y nos preocupamos por él. El caso es que un grupo de los que menciono le hicimos llegar, con el deseo de su recuperación y si no me tiembla la memoria, unos claveles de abril y un poema. 
El poema es el que podéis leer en la fotografía. Yo ya no lo recordaba, pero al volver a leerlo y hacerse presente la conjunción entre las circunstancias en que fue escrito y las actuales me he emocionado una miaja. Supongo que tiene que ver también con que en estos días estoy presto a la lágrima. Da igual. Aquellos que hace casi veinte años resistíamos, seguimos resistiendo. Con lágrimas en los ojos o con el puño en alto. Es nuestro sino.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario